sábado, 28 de noviembre de 2009

Calle de las cascadas

Los muros blancos de estos pasillos reflejan la luz de forma parecida a los de un hospital.
Pero este lugar carece de la higiene o el aroma a fármacos, en su lugar, huele a polvo.
Eso si, la atmósfera es casi la misma.

La mayoría de la gente jamas se percatara de estas coincidencias estúpidas pues están demasiado ocupados mirando hacia ninguna parte, pues es allá hacia donde se dirigen y les preocupa perder el rumbo. Yo no se a donde voy, pero no tengo ninguna prisa en llegar.

Ayer dormí todo lo que no había dormido en toda la semana, nada mas acostarme en mi cama caí victima de un sueño cada vez mas profundo hasta que traspase la linea entre realidad y la casi-realidad. Esa es la ventaja de los fines de semana. Es como si todos los demás días perteneciesen a una dimensión alterna que desapareciese al llegar el viernes y reapareciese de nuevo los lunes.

Pero de aquí al lunes mas próximo falta un buen rato.

1 comentario:

Anónimo dijo...

chupala lol

Florecillas azules.

Aquel verano lo pasamos conduciendo en su coche oyendo discos de Misfits. En aquel entonces yo no sabia quien era Glenn Danzig ni me importa...