sábado, 5 de diciembre de 2009

2.-Percepcion de la casualidad: La conversacion de las moscas.

Sacudiendo sus frágiles alas transparentes se deshizo de la ligera capa de polvo que las cubría, se llevo las patas a los ojos y los froto con delicadeza, batió las alas una vez mas y emprendió vuelo dejándose guiar por el aroma que le llegaba de alguna parte. Ella no sabia a donde iba ni a que, lo único que sabia es que tenia que llegar cuanto antes, así se lo dictaba la fuerza que había regido su vida desde el momento en que la obtuvo, pero ella desde luego no se había dado cuenta, aunque, de haberse percatado no le habría importado mucho.

Voló 1 o quizás 2 minutos mecida ligeramente por la brisa otoñal a la que su pequeño cuerpo no significaba mucha resistencia, cuando dio con la fuente del aroma; en el mismo acantilado donde su existencia había comenzado, una persona se acercaba decididamente a la orilla. Sus ojos se posaron en su figura, expectantes.

Acelero el ritmo, cuando oyó un crujido, intento batir las alas pero no le respondieron, le tomo unos segundos darse cuenta que se encontraba entre el pico de un ave, aun sorprendida contemplo a lo lejos como la silueta se desplomaba al suelo, intento recordar, ¿cuantos metros habrían desde la orilla al suelo? 37 u 38 metros quizás, se dijo para si misma, le tomaría poco tiempo llegar al fondo y cuando lo haga la muerte sera instantánea. El ave llevo a la mosca hasta su nido, donde su cría le esperaba.

Mientras era devorada, a lo lejos una multitud de los de su especie ya se abalanzaban sobre el cuerpo cubriéndole en su mayoría.

-Era joven y saludable.-observo una mosca verde.
-¡Joven y saludable!- repitieron las otras.
-1.70 de estatura quizás mas - Dijo de nuevo la mosca verde.
-ciertamente, 1.70 quizás mas - dijeron las otras.
La mosca verde, que le pareció inusualmente grande al joven cuyo cuerpo yacía inmóvil bajo las moscas, se acerco a sus ojos, tras comprobarlos unos segundos poso sus patas sobre ellos y luego la boca. las demás le siguieron pero ninguna se acerco demasiado.
Tras pensarlo un poco, el joven se sorprendió de no estar asustado ni siquiera incomodo, en su lugar sentía una gran indiferencia.
-Que cosas tan estúpidas dicen las moscas, sus palabras son en verdad una decepción.
dijo, preguntándose si quizás podrían oírle. Pero los insectos no se alteraron.

Cuando las moscas terminaron sus asuntos, le abandonaron.

1 comentario:

Maria dijo...

POR QUE LA MATASTE, ELLA ERA BUENA T_T?
ok no XD
seria demasiado incomodo tener tantas moscas encima, si una sobrevolando tu cabeza es molesto, imaginar varias (tantas como a el se le posaban)me da anciedad

Florecillas azules.

Aquel verano lo pasamos conduciendo en su coche oyendo discos de Misfits. En aquel entonces yo no sabia quien era Glenn Danzig ni me importa...