miércoles, 24 de marzo de 2010

Aquí, en casa.

Pienso, lo imagino y me convierto en aire caliente, subo a alturas a las que ningún mortal ha llegado jamas y vago sin rumbo hasta que encuentro algo mejor que hacer.

Me transformo en aire frío y desciendo de mi posición privilegiada, me muevo entre los cuerpos causándoles escalofríos, ando rápido, hago dudar al amante, empujo al suicida, detengo al poeta.

Me imagino una forma, sangre, huesos, órganos perfectamente acomodados donde se supone deben de ir, los recubro con piel (no demasiado pálida, ni demasiado morena), y la ato detrás de mi espalda para que no se desprenda al caminar. Imagino un color: azul marino, pues de ese color es el cielo, y quiero hacer juego, siento la textura sobre mi nueva piel, imagino las formas, los cortes los bordes, y cuando me doy cuenta ya ando vestido como cualquiera de ellos, no me es difícil pasar inadvertido.

Camino entre ellos, con la espalda recta y paso seguro, (Pues, ¿A que podría tenerle miedo o que pensamientos ajenos a mi podrían preocuparme?) de vez en cuando, solo por diversión, cruzo la mirada con algunos sabiendo que mis ojos serán su condena, pues en ellos ven todo aquello cuanto desean y pasaran sus vidas buscando una visión parecida. Tendrán romances con personas a las que juraran amar, quizás cumplan sus sueños y sientan la perfección del momento. pero he creado un vació que no llenaran jamas, la idea me parece cómica pero no sonrío.

El nudo en mi espalda empieza a deshacerse, acelero el paso y mientras corro voy dejando mi cuerpo atrás, un fémur blanco como los pensamientos de un bebe cae primero sin que nadie lo note, le sigue la columna perfectamente derecha que me hice basándome en los conocimientos de algún quiropráctico al azar, cuando ya no puedo correr sencillamente desaparezco. Algún día alguien despertara una mañana cualquiera, creyendo haberme soñado.

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Florecillas azules.

Aquel verano lo pasamos conduciendo en su coche oyendo discos de Misfits. En aquel entonces yo no sabia quien era Glenn Danzig ni me importa...