domingo, 12 de diciembre de 2010

Vete a la mierda.

Tengo los ojos inyectados de sangre a consecuencia del cansancio y mi renuencia a dormirme, últimamente quizás por el desgaste que provoca la universidad o quizás por la pobre alimentación me siento exhausto casi todo el tiempo. Si antes me era imposible dormir la siesta ahora me es muy difícil no hacerlo y no son ciclos de sueño cortos como supuestamente la siesta ha de ser sino periodos que se prolongan hasta que ya es hora de dormir de nuevo, cosa que consigo sin mucha dificultad.

Ultimamente el escribir en el cuaderno que funge como diario también se ha vuelto un acto compulsivo.

Hoy no paso nada extraordinariamente extraordinario pero fue un día digno de recordarse.

No recuerdo como iba la canción con la que soñé ni las facciones de la chica que la interpretaba con su violín.

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Florecillas azules.

Aquel verano lo pasamos conduciendo en su coche oyendo discos de Misfits. En aquel entonces yo no sabia quien era Glenn Danzig ni me importa...