sábado, 5 de febrero de 2011

Historia sobre absolutamente nada.

-¿Alguna vez te has puesto debajo de una de esas torres eléctricas de alta tensión, acostado en el suelo y mirado hacia arriba, hacia la compleja espiral de aceros retorcidos sobre ti como queriendo acariciar el cielo? ¿No te parece algo hermoso?
-No, nunca lo he hecho.
-Y ¿Estado arriba?
-Si, he estado arriba.
-¿Que tan arriba?
-Lo suficiente como para que la electricidad de los cables te ericé los cabellos de la nuca.
-¿Y que es lo que se ve desde ahí?
-Pues, todo, los tejados de las casas, las copas de los arboles, incluso el centro comercial que esta mas allá - y dicho esto apunte con el dedo en dirección a donde estaba el centro comercial.
-¿Y eso no te parece hermoso?
-Para nada. -Respondí no muy convencido de mi respuesta, con la esperanza en que la naturaleza de la misma me ahorraría preguntas futuras. El sol descendía velozmente y la sombra que no proporcionaba el manzano bajo el cual estabamos cambio posición y se alargo varios metros de modo que ya no caía sobre nosotros, aun así el sol descendente proporcionaba una preciosa luz dorada y sus rayos parecían acariciar la piel con su agradable calidez de modo que no seguimos la sombra y nos quedamos de bajo de la luz del sol. Las preguntas cesaron tras mi respuesta y el silencio incomodo remplazo a las preguntas incomodas.

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Florecillas azules.

Aquel verano lo pasamos conduciendo en su coche oyendo discos de Misfits. En aquel entonces yo no sabia quien era Glenn Danzig ni me importa...