martes, 4 de diciembre de 2012

Heaven is no close from a place like this.

Cuando llego a casa ya son las nueve de la noche, la escuela, el servicio social, los ensayos con el coro y las tareas escolares han forjado juntos un dia increiblemente cansado. Mi primera parada es el baño para lavarme la cara, eso es lo mas cercano a un baño que he tenido en los ultimos 3 dias se que no es una excusa valida pero el clima esta tan frio en esta epoca del año que uno nada mas no suda ni se ensucia, ademas, estoy seguro de que no soy el unico de mis compañeros que lleva varios dias asi. Mi segunda parada es por supuesto la cocina, abro el refrigerador y me encuentro un poco de jamon y un pan que por algun motivo meti ahi dentro lo cual fue un pesimo movimiento de mi parte pues ahora el pan esta increiblemente duro y a cada mordida amenaza con quebrarme los dientes, llevo los ultimos 3 dias comiendo de esta forma.

Me desnudo y me meto en las sabanas que tienen la asombrosa facultad de estar tibias en esta epoca del año a pesar de que se de sobremanera que el efecto es solo temporal y que me despertare echo bolita y temblando de frio a las 4 de la madrugada, estoy demasiado cansado como para levantarme de nuevo y ponerme algo mas aparte de los boxers con los que me propongo dormir y no falla, tan pronto acuesto mi cabeza en la pila de almohadas y cierro los ojos, justo cuando estoy por asir la mano extendida de aquel dios del sueño la voz me despierta y me pone en estado de alerta, la voz suena ronca, muy ronca, lo suficientemente ronca como para no poder distinguir si es un hombre o una mujer, la voz viene del interior del pequeño armario junto a mi cama, me pide que cierre las cortinas y le deje salir, no he vuelto a usar ese armario desde entonces.

A veces solo se dedica a hacerme preguntas, hoy me confiesa que fue el quien metio el pedazo de pan al refrigerador, nada mas oirlo empece a sentir nauseas.
A veces solamente silba la misma tonadita de siempre, una melodia un tanto compleja que he llegado a aprenderme, a veces oigo como rasca la puerta del cuarto vacio que uso como bodega cerrada con llave y me pide que entre, me confiesa que le ha quitado el seguro y que deberia ver lo que ha hecho con mis cosas, me promete que quedare sorprendido por la forma en que tiene todo perfectamente acomodado, no he vuelto a usar esa bodega tampoco.

martes, 13 de noviembre de 2012

Astrologia [quinta parte]

La voz de Apollo suena ronca cada que habla, no es algo intencional, tampoco la consecuencia de una infeccion o una gripe sin tratar. Apollo se paso los ultimos cinco años vomitando tras cada comida hasta que se jodio las cuerdas vocales y lo mandaron a una clinica de esas en las que te internan. Apollo no habla mucho al respecto ni siquiera bajo los efectos de media docena de cervezas.

En algun punto de la conversacion esta se desvia hacia una pregunta estupidamente obvia y predecible: ¿Que mierdas hacias en el interior de un maletero?. La respuesta golpea mis oidos y me revuelve los sesos en el proceso: Apollo iba a ser seguramente ejecutado por el dueño del automovil, ¿Razon? Lleva las ultimas cinco semanas tirandose a la novia malcriada de uno de aquellos que llamamos "dealers" y que su unico oficio es surtir a aquellos que quieran reirse un rato de sustancias afines para el proposito. Esas 17 palabras contando desde "Lleva" hasta "dealers" son la parte que especificamente me sacude los sesos. De pronto el ser saludado con una llave de cruz en el pecho no es un gesto violento sino una mera cortesia. Mi estomago se vacia de su contenido y mientras me salpico los enlodados zapatos me pregunto si eventualmente tambien me quedara la voz ronca. Lo dudo.

Le cuento a Apollo el como consegui el auto y empieza a reir de nuevo, tiene una forma peculiar de reir, su risa no explota de pronto sino que es progresiva, empieza a reir un poco y luego va aumentando su cadencia hasta convertirse en una ronca carcajada, cuando termina de reir ambos ya hemos llegado a la misma conclusion y nos surge la misma duda: Hay que deshacernos del beetle, y ¿Que clase de maton conduce un beetle pistacho de todos modos? Aun asi, ninguno de los dos se siente con demasiada prisa y tengo que vaciar la vejiga antes de cualquier cosa. Me vuelvo a salpicar los enlodados zapatos.

Algo asi como una hora despues estoy manejando por la autopista, no hay un rumbo fijo y el plan actual no es mas que conducir por la carretera hasta que algo nos ocurra, ambos tenemos trabajos de mierda de los que no nos importa ser despedidos y yo ya no tendre casa a eso del mediadia cuando sea legal desalojarme y tirar mis cosas a la calle, ademas no tengo nada que me importe demasiado y estoy jodidamente aburrido.

viernes, 12 de octubre de 2012

Astrologia [cuarta parte]


Apollo es la razón por la que no tengo uno de los dientes previos a los molares, me lo hizo volar de un puñetazo mientras yo abría la boca para intentar convencerlo de que el golpearme no valía la pena y que por mi parte podía llevarse el auto si era eso lo que quería, desde luego, no termine de esgrimir mis argumentos y lo único que logre con aquello fue perder el patrimonio de la humanidad pegado a mis encías, sentí lastima por aquellas futuras generaciones que no serian capaces de contemplar semejante maravilla.

Le tomo cuatro o cinco minutos a la cabeza de Apollo convencerse de que la golpiza estaba injustificada, tal vez fue el hecho de encontrarse en el estacionamiento de un Walt-mart y no en un terreno baldío a oscuras, o el hecho de que su costal de boxeo no le regresaba los golpes (No podía, tenia miedo de que si estiraba la mano para alcanzarle me golpearía mas fuerte) o quizás simplemente decidió que ya estaba lo suficiente magullado pero al cabo de esos cuatro o cinco minutos los golpes cesaron y me pregunto que quien diablos era yo  y que qué demonios quería. Ahora, por favor pónganse en mi lugar amable lector: Hacia tan solo una hora yo me había despertado húmedo por la lluvia que se colaba por la ventana de mi habitación junto a una desconocida con olor a whiskey, había intentado conseguir dinero para comprar agua y bajarme la sed y un desconocido que casi se había desnucado con mi suelo estaba tan ahogado que me había arrojado las llaves de un beetle en vez de las monedas que seguramente tenia en el otro bolsillo, me había subido al beetle y había conducido los varios kilómetros hasta el centro donde la cajuela había empezado a sonar, la había abierto en plan de buen samaritano y me habían agradecido con una llave de cruz en el pecho, una golpiza y ahora los niños lloraban en el vientre de sus madres sabiendo que ya no podrían ver mi hermosa dentadura y el índice de suicidios se dispararía al día siguiente cuando la noticia se hiciese publica, y aun así, aquel tipo un tanto mas pequeño que yo ¡Me exigía a mi respuestas!
<¡COÑO RESPONDE!> Dijo mostrando sus puños, y aquello me recordó que después de todo yo era un caballero y como tal uno debe tener modales y hacer las presentaciones de rigor.

Apollo suspiro, pensó un poco, se rio un poco, se rio mucho tiempo, se rio a carcajadas y cuando finalmente se calmo se presento como Víctor, el apodo de Apollo se lo habían puesto por su parecido físico con el rival de Rocky Balboa y su afición al boxeo, lo del parecido físico por mas que se lo busque no lo encontré, aunque sobre lo del boxeo no me quedo duda. Treinta minutos después estábamos compartiendo un six-pack de latas de cerveza sentados junto al beetle, no hay nada mejor para forjar amistades que las peleas y el alcohol, y bueno, nosotros teníamos ambos.

lunes, 8 de octubre de 2012

Astrologia [tercera parte]


Conduje hasta el centro y aparque el auto en el gigantesco estacionamiento del Walt-mart que abría las 24 horas de los 7 días de la semana, entonces me imaginé que el estar acomodando anaqueles bajo luz artificial era una forma bastante mierdera de pasar la madrugada del fin de semana, los que trabajan con esos horarios suelen ganar más que los que tienen un horario menos jodido pero aun así, se requiere un tipo especial de persona para cubrir esos horarios, me daba un poco de morbo la idea de poder ver de cerca a un espécimen de ese tipo especial de persona. Y yo, andaba con aquello en la cabeza cuando empecé a oír un golpeteo, algo que sonaba como un  “¡Pat-Pat-Pat!” medio ahogado, apague el motor y salí del auto con las llaves y las monedas en la mano, el golpeteo venia de la parte trasera del beetle, de la cajuela para ser exactos. Coloque una oreja sobre la cajuela aun sin abrir y escuche de nuevo el “¡Pat-pat-pat!” pero esta vez iba acompañado por el sonido de una voz exigiendo salir.

Ahora, he de confesar que algún tiempo antes de todo esto que les cuento yo era una muy mala persona peor de la que fui entonces (o por lo menos una mucho menos curiosa) así que, si aquello me hubiera ocurrido unos años antes hubiese regresado al auto, dejado las llaves adentro y lo hubiera abandonado sin mas con la esperanza de no haberme metido en nada jodidamente grande por error y sin importarme nada aquel pobre diablo encerrado, pero, aquello me ocurrió en una etapa de la vida en la que yo era una mejor persona, ya no participaba en peleas, ya no robaba en las tiendas de autoservicio, ya no me emborrachaba con (casi) cualquier cosa, ¡Oh no señor!, el yo de aquel entonces daba los buenos días cuando le abrían la puerta en algún lado, daba limosna a los pobres y abría las cajuelas (o cajas, o jaulas o contenedores de basura, ya tienen la idea) donde pudiese haber algún pobre diablo encerrado. Así que, metí las llaves del beetle en la cerradura de la cajuela y la gire para abrir aquello y liberar al pobre sujeto y nada mas hacerlo la puerta salió disparada en mi dirección y el tipo al que tan desinteresadamente acababa de salvar me saludo lanzándome una llave de cruz que alcanzo a pegar en el punto exacto del pecho donde cuando te golpean expulsas todo el aire y se te quitan las ganas de seguir salvando samaritanos, y ¡Oh! Si hubiera retenido algo de aire en los pulmones en ese momento hubiese gritado muchas malas palabras.

Y así conocí a Apollo.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Astrología [segunda parte]


Las llaves eran de un Beetle color verde pistacho, el problema es que eso yo no lo sabia de antemano así que tuve que pasar algunos minutos bajo la lluvia buscando el automóvil al que correspondía la llave, afortunadamente a esa hora no había ningún transeúnte lo que me ahorro el tener que dar explicaciones <No señor descuide no estoy robando, no soy ningún vándalo ni pandillero bueno para nada, vera, mi amigo me dio sus llaves para buscar dinero y yo no se cual auto sea el suyo, si si, entiendo, si, no se preocupe yo igual me hubiese preocupado, aja, buenas noches, gracias>

El interior del automóvil estaba increíblemente limpio, como si lo hubiesen lavado por lo menos 3 veces por semana desde el día en que lo fabricaron, o al menos esa sensación daba, y ahora mi cuerpo empapado por la lluvia y mis zapatos cubiertos de lodo ponían contraste a todo aquello, hermoso, el aroma a aromatizante de fresa y el de la humedad de mis ropas mal lavadas y expuestas demasiado tiempo a aquella lluvia nocturna (¿Las 3 am cuentan como noche aun no?) formaba un remolino oloroso que se te subía muy rápido a la cabeza y vaya que yo tenia experiencia con sustancias destinadas a golpearte el cerebro.

No me fue muy difícil encontrar dinero dentro del beetle, el sujeto, mi “amigo” (fuese cual fuese su nombre) echaba las moneditas en el ceninero, quitando los restos de cenizas y colillas aquello sumaba 33 pesos con 50 centavos, en su mayoría formado por monedas de uno y dos pesos. Me las meti en los bolsillos y pensé que, ya que estaba ahí, y tenia las llaves en la mano lo mas lógico seria llevarme el auto a la tienda (y ahorrarme el camino a pie) y quizás dar una vuelta en el. Incluso el hecho de que me apenase terriblemente el que me pudiesen ver conduciendo un beetle color pistache se vio aplastado ante la lógica de mi argumento, además, ya me había mojado lo suficiente para una noche. Así que, gire las llaves y aquel motor sonó no como un rugido, sino mas bien como el ronroneo de un gato al que se le ahoga con una almohada en la cara, gire el volante y conduje calle abajo hasta la tienda de autoservicio una cuadra mas allá, pero una vez hube llegado ahí (ademas de darme cuenta de que hice todo el camino sin encender las luces, los sweepers ni quitar el freno de mano) me dije que aquella tienda de autoservicio era demasiado aburrida, asi que quite el freno de mano, encendí todas las cosas que deben ir encendidas al conducir de noche bajo la lluvia y empece a conducir hacia el gran almacén del centro.


Para el anonimo que postea ocasionalmente: Lo siento ando bastante ocupado con la escuela, el servicio social y un monton de etceteras. No se quien seas pero me caes bien.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Astrología [primera parte]


Me desperté bastante húmedo, no por alguna reacción erótica exagerada propia o de la acompañante que dormía junto a mi sino por la lluvia que se colaba por la ventana hacia mi cama y sobre mi, entonces me pregunte que como rayos no me había despertado antes con aquello y, por respuesta vi colocada en la mesita de noche un botella de whiskey a punto de terminarse sin ningún vaso alrededor. Cerré la ventana y volví a acostarme sobre el colchón húmedo, sabía que no podría volver a quedarme dormido pero quería fingir que si, al menos hasta que la tipa se despertase y se fuera, de esa forma me ahorraba el momento incomodo de tener que hablar con ella e intentar recordar su nombre, pero, al poco tiempo de estar ahí echado fingiendo, me entró la sed y aquel cuerpo femenino ni se movía así que creí que podría escabullirme a la cocina, beber un poco de agua y regresar a mi sitio sin perturbarla demasiado, solo lo suficiente como para que se despertase de una buena vez y me dejase solo.

Así que, me incorpore de la cama sin mucho cuidado, me puse los zapatos que estaban echados por ahí silenciosamente y camine hacia la puerta de la habitación dando un paso con mucho sigilo de esos donde apoyas primero la punta y luego el talón y dando otro paso dejando caer pesadamente el pie. De esa forma llegue hasta la puerta y nada mas abrirla medio cuerpo masculino que dormía del otro lado apoyado a esta, cayó dentro de la alcoba y su cabeza rebotó en el suelo produciendo un ruido hueco, el tipo se despertó solo el tiempo suficiente para reacomodarse y volvió a quedarse dormido, el cuerpo de la mujer en mi cama ni se inmuto, como si estuviese en un sitio tan profundo de la inconsciencia que los ruidos ni siquiera podían encontrarla, de no ser por la tenue respiración acompasada cualquiera creería que aquello era más bien un cadáver en lugar del cuerpo de una saludable veinteañera durmiendo la borrachera (aunque francamente no hay mucha diferencia).

Así que, empecé mi camino esquivando la gente dormida en el piso pisando a alguno de vez en cuando solo para comprobar que aun pertenecían al mundo de los vivos y a alguno por mera diversión hasta que llegue a la cocina donde había vasos pero ni rastro de agua. De haberla tenido en un principio seguramente la gente que ahora yacía en el suelo se la habrían bebido durante la noche anterior aunque, las botellas vacías regadas por aquí y por allá delataban que en ningún momento les falto con que saciar la sed. Regrese a la habitación e intente despertar al sujeto cuya cabeza se había estrellado contra el suelo.
-Hey, hey amigo ¿Tienes dinero para comprar agua?
-¿Fwisht aghwgh?
-Coño que tengo sed cualquier cosa vale ¿No tienes siquiera 5 o 10 pesos?
-¿Mwhrmez gwe?
Y dicho eso ultimo empezó a buscar en sus bolsillos con toda la habilidad de la que alguien medio dormido y medio borracho puede hacer gala, al poco extrajo las llaves de un automóvil y me las  arrojo a los pies. Bueno, eso ya era mejor que nada.

Tome las llaves del automóvil, volví a mi habitación por las llaves del apartamento, la chica aun dormía inmóvil en la misma posición, puse mi oído sobre su nariz y sentí su respiración con ligero aroma a licor, suspire aliviado. Volví a cerrar la puerta de mi alcoba y salí de mi apartamento. El aviso de desalojo seguía pegado de la misma manera en la que había estado pegado desde hace treinta días, una hoja roja pegada con cinta canela a la puerta con letras negras impresas de manera monótona, era una apartamentillo horrible, de esos construidos pensando mas en la practicidad (Del dueño del edificio) que en la comodidad (Del inquilino), las paredes pintadas de un color que nadie con buen gusto elegiría jamás, y paredes tan delgadas que de tenerlos, no me sorprendería que los vecinos me felicitasen por mis excelentes movimientos intestinales.
Cerré la puerta y baje al primer piso por las escaleras, afuera aun seguía lloviendo.

martes, 18 de septiembre de 2012

AVISO

No desesperen esto no esta muerto sino mas bien en un sueño. Ando metido en muchisimas cosas y bueno les prometo a ustedes que me leen (ustedes dos personas) que los tengo presentes y que su paciencia no sera derrochada en vano.

domingo, 2 de septiembre de 2012

El cielo no esta cerca de un sitio como este. [Tercera parte]

Espere unos segundos a que algo pasara, a que quizás aquello me brincase de pronto y me atacase, pero nada ocurrió, ya no sonaba el silbido, y el ruido de pasos que nunca había existido no apareció de repente. Me quede inmóvil oculto en las sombras listo para defenderme de ser necesario, y espere y espere pero nada ocurrió, en la casa solo había un silencio pesado y  asfixiante, preste atención a todo posible sonido esperando oír siquiera su respiración agudice tanto el oído que podía ir el sonido de mi sangre corriendo por mis sienes pero nada mas, ni una pisada apagada ni el sonido de un cuerpo moviéndose en la oscuridad.

Cuando me convencí de que era  de alguna forma seguro salir abandone mi escondite cuidando de tener siempre la espalda pegada a alguna pared y dando pasos cortos procurando no hacer ruido me dirigí a mi habitación. La puerta estaba semicerrada y las luces permanecían apagadas, me pase el cuchillo a la mano derecha y lo alce listo para clavarlo donde fuera mientras con la izquierda empuje la puerta lentamente, el chirrido de las bisagras inundo toda la casa y por un momento creí que había delatado mi posición y que el ataque era inminente pero, nada sucedió la puerta se abrió y el interior de mi habitación apareció ante mis ojos vacía y tranquila como si nada hubiese sucedido, incluso la cama estaba tendida como si nunca me hubiese acostado en ella en primer lugar.

Encendí la luz de la habitación y aun con el cuchillo en la mano entre cuidando de vigilar cualquier posible escondite desde el que pudiesen tenderme una emboscada, revise bajo la cama, detrás de los muebles, en el closet, incluso dentro de los cajones, hasta que finalmente me convencí de que me encontraba solo en mi habitación. Tome el teléfono y llame a la policía mentí diciéndoles que alguien había intentado entrar por la fuerza a la casa y que temía la posibilidad de que aun estuviese cerca, colgué y esperé a la patrulla sentado en la cama sosteniendo el cuchillo intentando sin éxito el repasar los últimos 15 minutos.

Finalmente la patrulla llego anunciandose dejando sonar la bocina, suspire de alivio, ya no estaba solo, aunque aquella cosa siguiese oculta los oficiales tendrían armas y ya no me le enfrentaría yo solo, de pronto todo parecía mas fácil y la amenaza mucho mas pequeña, suspiraba aliviado cuando llamaron a la puerta exclamando <¡Abran! ¡Es la policia!> Me puse de pie de un salto, tome el cuchillo y fui corriendo a la puerta principal sin importarme mas el cuidarme la espalda, tome el pomo de la puerta, la abrí, pero, afuera no había nadie, solo el aroma humedad, la oscuridad y el silencio roto por el sonido de un millón de insectos, entonces sentí que alguien me pasaba el brazo por el hombro segundos antes de levantarme y llevarme cargando de vuelta a mi habitación silbando tranquilamente.

jueves, 30 de agosto de 2012

El cielo no esta cerca de un sitio como este. [segunda parte]

Aquella cosa se movía pero la oscuridad de la habitación solo me permitía ver su silueta, dos piernas, dos brazos y una enorme barriga, aquello lucia como un humano con serios problemas de sobrepeso, sin embargo aquello estaba pegado al techo de mi habitación como una mosca y me observaba tranquilamente con un par de ojos que brillaban como si fuesen los de un gato.

Me quede un rato en esa posición sintiendo el latir de mi corazón en la garganta como queriendoseme salir por la boca y el sudor frío recorrerme desde la frente hasta la punta de la nariz, con los ojos entrecerrados y haciéndome el dormido inmóvil esperando que de alguna forma aquello simplemente se fuera y no volviera o me despertase de pronto y descubriese que todo fue un sueño. Estaba en eso cuando aquello empezó a moverse tan sigilosamente que en otras circunstancias probablemente nunca hubiese notado su presencia, abandono su escondite detrás del ventilador del techo y andando en reversa topo con la pared y descendió por esta hasta llegar al punto donde ya no pude seguirle con la mirada sin tener que mover la cabeza cosa que no me atreví a hacer y que no fue necesario pues al poco sentí su figura junto a mi.

Yo acostado boca arriba y aquello de pie a mi lado derecho, no le podía ver directamente pero calcule que media poco mas que yo, estuvimos así unos quince segundos hasta que aquello empezó a moverse de nuevo, esta vez con dirección hacia mi, primero subió una pierna a mi cama, luego la mitad superior del cuerpo y maniobro de tal forma que quedo sobre mi pero sin tocarme, por la rendija entre mis parpados podia ver sus ojos brillantes como de gato y las facciones de su cara, sus ojos hundidos su nariz larga y puntiaguda, sus mejillas rechonchas y el color grísáceo de la piel que envolvía todo aquello. No pude evitar empezar a temblar pero me aferraba a la idea de que quizás haciéndome el dormido acabaría por ignorarme e irse. Entonces, acerco su cara a la mía y sonriendo dejándome ver sus diente todos ellos delgados como agujas dijo con una voz aguda como de mujer <No engañas a nadie>.

Abrí los ojos de golpe y con toda la adrenalina de mi cuerpo le arroje al suelo y salí corriendo de mi habitación sin atreverme a mirar atrás, atravesé el pasillo pensando en que hacer y entonces entre en la cocina. Desde mi habitación me llego el sonido de una risa burlona, abrí uno de los cajones y extraje un enorme cuchillo, la cocina solo tenia una entrada así que tome el cuchillo con ambas manos dispuesto a enterrarselo en el pecho tan pronto apareciese en mi vista.

No oía sus pasos, pero aquello estaba silbando, un silbido que sonaba cada vez mas cerca, silbaba una tonada alegre, le reconocí como la parte de en medio de el "vals del minuto" de Chopin, y le reconocí como tal por que era la misma canción que había estado practicando en mi viejo piano de media cola desde la semana pasada, ¿Aquello había estado vigilandome? Tome el cuchillo con mas fuerza y lo apreté hasta que empezó a dolerme la mano. El silbido se detuvo y yo contuve la respiración.

martes, 28 de agosto de 2012

El cielo no esta cerca de un sitio como este. [primera parte]

El otro día estaba acostado en mi habitación en una de esas noches que le siguen a un largo día, las luces apagadas, las cortinas corridas, y yo echado en una posición tan perfecta que sentía que cada uno de mis músculos se relajaba y me agradecía por ello. Estaba por quedarme dormido anticipando el mas perfecto  y reparador sueño que hubiese tenido a la fecha cuando alguien llamo a mi puerta.
<¡Knock! ¡Knock! ¡Knock!> Sonaron tres golpes fuertes como para no darme lugar a excusarme diciendo que no los había oído.
-¿Quien es? - Pregunte, pero por única respuesta solamente hubieron otros tres golpes igualmente fuertes como los anteriores. Me deshice de las cobijas que me cubrían y mientras me ponía de pie fui repasando mentalmente el quien carajos podría llamarme a la puerta a esas horas, ¿Algún amigo en una emergencia? ¿Algún familiar recién llegado a la ciudad? ¿Algún desconocido en busca de un favor? ¿Algún depredador hambriento? Llegue a la puerta a tiempo para ver como la puerta se agitaba tras recibir otra serie de golpes, fuera quien fuera golpeaba con mucha fuerza, tome el pomo de la puerta y esta de nuevo tembló ante el poderoso puño que llamaba a esta. Gire rápidamente el pomo y abrí la puerta de golpe, una rafagá de aire frío del exterior entro rápidamente a la casa y me provoco escalofrio al pasar entre mis piernas, pero afuera no había nadie solo oscuridad, silencio, humedad, y el sonido de un millón de insectos, salí de mi casa esperando encontrar a algún bromista escondido entre los matorrales y suprimiendo su risa pero no había nadie.

Di media vuelta y volví entrar a la casa dirigiendo mis pasos directo a mi habitación para intentar retomar el descanso en el punto exacto donde lo había dejado mientras pensaba en mil y una explicaciones lógicas al golpetear en la puerta, encontré unas cuantas cientos de ellas posibles y satisfactorias y volví a acostarme boca arriba intentando adoptar la posición que tenia al principio. Pero fue imposible, la cama se me figuro incomoda, tan pronto adaptaba una posición algo empezaba a molestarme y tenia que cambiarme a otra, tan pronto cerraba los ojos algo me hacia volver a abrirlos y entonces, le vi, una silueta casi humana reptando en el techo sigilosamente dirigiéndose hacia el ventilador del centro como para buscar escondite ahí. Ante la visión mi corazón se traslado de mi pecho a la garganta y fue quizás su presencia ahí lo que me permitió el reprimir un grito y el impulso instantáneo de salir huyendo.

domingo, 29 de julio de 2012

Mis titulos siempre apestan de todos modos.

Ahora que en mi estomago hay una combinación extraña de alcohol y empanadas de huitlacoche me alegro de estar vivo y de poder tener noches así.

jueves, 26 de julio de 2012

prefacio.

Una figura anonima sentada junto a la ventana, sus dos ojos portan extrañamente orgullosos unas vistosas ojeras como si fueran medallas al merito sobre el pecho, esta somnoliento y le cuesta el quedarse despierto, lleva la cabeza apoyada al cristal de la ventana del tercer piso y tiene puesto por uniforme una bata blanca, un pantalón caqui y unos zapatos negros algo desgastados y que tienen pinta de no haber sido limpiados en meses. De pronto, una luz venida de muy lejos es captada por sus pupilas, por lo que, alza la cabeza y mira por la ventana a algún punto en el cielo, sus ojos se abren y por un momento pareciera que sus dos globos oculares intentan salirse de sus cuencas y salir corriendo, su facciones faciales son deformadas por el horror que le produce ver el origen de esa luz y su mano derecha se contorsiona como buscando algo a lo que sujetarse y en el proceso tira al suelo la taza de café que tenia sobre su escritorio esparciendo su contenido sobre la alfombra.

La cámara enfoca su rostro aun horrorizado desde fuera de la ventana, en el reflejo del cristal se puede ver el reflejo del cielo azul y algunas nubes muy blancas. Poco a poco la cámara se aleja yendo hacia el punto en el cielo al que el sujeto de las ojeras miraba sin dejar de enfocarle hasta que este se convierte un diminuto punto irreconocible, llega un punto en que la cámara solo capta el blanco de las gigantescas nubes a las que entra y poco después la cámara sale de órbita y se pierde la señal.

sábado, 26 de mayo de 2012

No es verdad que las sirenas ya no vuelven loco.

Me da muchisima vergüenza decirlo tan abiertamente (aunque no tendría por que, digo, a fin de cuentas a la mayoría de ustedes ni los conozco) pero ando intentando escribir una novela que no apeste tanto como mis intentos anteriores de crear y escribir una historia que dure mas de 10 paginas, ahí esta el reto.

Cuando me detengo y me giro hacia atrás para ver todo lo recorrido me doy cuenta de lo mucho que he cambiado como persona, aun no he llegado a un punto donde pueda sentirme orgulloso de mi mismo pero por lo menos siento que me voy acercando como mínimo, la sensación de asco y vacío va desapareciendo y es remplazada por unas gigantescas ganas de "aprender todo sobre todo" (se que suena vago y fantasioso pero no se como describirlo mejor así que se joden). Antes me asustaba la idea de dejar de ser un niño, de dejar de poder excusarme en mi edad representada por un valor numérico inferior a la cifra resultante de sacar la raíz cuadrada de 324.

Florecillas azules.

Aquel verano lo pasamos conduciendo en su coche oyendo discos de Misfits. En aquel entonces yo no sabia quien era Glenn Danzig ni me importa...