sábado, 29 de septiembre de 2012

Astrología [segunda parte]


Las llaves eran de un Beetle color verde pistacho, el problema es que eso yo no lo sabia de antemano así que tuve que pasar algunos minutos bajo la lluvia buscando el automóvil al que correspondía la llave, afortunadamente a esa hora no había ningún transeúnte lo que me ahorro el tener que dar explicaciones <No señor descuide no estoy robando, no soy ningún vándalo ni pandillero bueno para nada, vera, mi amigo me dio sus llaves para buscar dinero y yo no se cual auto sea el suyo, si si, entiendo, si, no se preocupe yo igual me hubiese preocupado, aja, buenas noches, gracias>

El interior del automóvil estaba increíblemente limpio, como si lo hubiesen lavado por lo menos 3 veces por semana desde el día en que lo fabricaron, o al menos esa sensación daba, y ahora mi cuerpo empapado por la lluvia y mis zapatos cubiertos de lodo ponían contraste a todo aquello, hermoso, el aroma a aromatizante de fresa y el de la humedad de mis ropas mal lavadas y expuestas demasiado tiempo a aquella lluvia nocturna (¿Las 3 am cuentan como noche aun no?) formaba un remolino oloroso que se te subía muy rápido a la cabeza y vaya que yo tenia experiencia con sustancias destinadas a golpearte el cerebro.

No me fue muy difícil encontrar dinero dentro del beetle, el sujeto, mi “amigo” (fuese cual fuese su nombre) echaba las moneditas en el ceninero, quitando los restos de cenizas y colillas aquello sumaba 33 pesos con 50 centavos, en su mayoría formado por monedas de uno y dos pesos. Me las meti en los bolsillos y pensé que, ya que estaba ahí, y tenia las llaves en la mano lo mas lógico seria llevarme el auto a la tienda (y ahorrarme el camino a pie) y quizás dar una vuelta en el. Incluso el hecho de que me apenase terriblemente el que me pudiesen ver conduciendo un beetle color pistache se vio aplastado ante la lógica de mi argumento, además, ya me había mojado lo suficiente para una noche. Así que, gire las llaves y aquel motor sonó no como un rugido, sino mas bien como el ronroneo de un gato al que se le ahoga con una almohada en la cara, gire el volante y conduje calle abajo hasta la tienda de autoservicio una cuadra mas allá, pero una vez hube llegado ahí (ademas de darme cuenta de que hice todo el camino sin encender las luces, los sweepers ni quitar el freno de mano) me dije que aquella tienda de autoservicio era demasiado aburrida, asi que quite el freno de mano, encendí todas las cosas que deben ir encendidas al conducir de noche bajo la lluvia y empece a conducir hacia el gran almacén del centro.


Para el anonimo que postea ocasionalmente: Lo siento ando bastante ocupado con la escuela, el servicio social y un monton de etceteras. No se quien seas pero me caes bien.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente como siempre, Gibran.

Eniweiss Nebermaind dijo...

¿Quien eres?

Florecillas azules.

Aquel verano lo pasamos conduciendo en su coche oyendo discos de Misfits. En aquel entonces yo no sabia quien era Glenn Danzig ni me importa...