martes, 13 de noviembre de 2012

Astrologia [quinta parte]

La voz de Apollo suena ronca cada que habla, no es algo intencional, tampoco la consecuencia de una infeccion o una gripe sin tratar. Apollo se paso los ultimos cinco años vomitando tras cada comida hasta que se jodio las cuerdas vocales y lo mandaron a una clinica de esas en las que te internan. Apollo no habla mucho al respecto ni siquiera bajo los efectos de media docena de cervezas.

En algun punto de la conversacion esta se desvia hacia una pregunta estupidamente obvia y predecible: ¿Que mierdas hacias en el interior de un maletero?. La respuesta golpea mis oidos y me revuelve los sesos en el proceso: Apollo iba a ser seguramente ejecutado por el dueño del automovil, ¿Razon? Lleva las ultimas cinco semanas tirandose a la novia malcriada de uno de aquellos que llamamos "dealers" y que su unico oficio es surtir a aquellos que quieran reirse un rato de sustancias afines para el proposito. Esas 17 palabras contando desde "Lleva" hasta "dealers" son la parte que especificamente me sacude los sesos. De pronto el ser saludado con una llave de cruz en el pecho no es un gesto violento sino una mera cortesia. Mi estomago se vacia de su contenido y mientras me salpico los enlodados zapatos me pregunto si eventualmente tambien me quedara la voz ronca. Lo dudo.

Le cuento a Apollo el como consegui el auto y empieza a reir de nuevo, tiene una forma peculiar de reir, su risa no explota de pronto sino que es progresiva, empieza a reir un poco y luego va aumentando su cadencia hasta convertirse en una ronca carcajada, cuando termina de reir ambos ya hemos llegado a la misma conclusion y nos surge la misma duda: Hay que deshacernos del beetle, y ¿Que clase de maton conduce un beetle pistacho de todos modos? Aun asi, ninguno de los dos se siente con demasiada prisa y tengo que vaciar la vejiga antes de cualquier cosa. Me vuelvo a salpicar los enlodados zapatos.

Algo asi como una hora despues estoy manejando por la autopista, no hay un rumbo fijo y el plan actual no es mas que conducir por la carretera hasta que algo nos ocurra, ambos tenemos trabajos de mierda de los que no nos importa ser despedidos y yo ya no tendre casa a eso del mediadia cuando sea legal desalojarme y tirar mis cosas a la calle, ademas no tengo nada que me importe demasiado y estoy jodidamente aburrido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bien :)

Florecillas azules.

Aquel verano lo pasamos conduciendo en su coche oyendo discos de Misfits. En aquel entonces yo no sabia quien era Glenn Danzig ni me importa...