sábado, 16 de enero de 2016

Cierta chica

Para intentar ser una persona a la que pueda admirar y poderme sentir frustrado cada día que pase sin lograrlo.

Llevo puesto un grueso abrigo color rojo, a mi en los personal me gusta mas el gris o el negro pero el rojo es especialmente útil si te caes al agua helada o te pierdes en la nieve y un equipo de rescate tiene que encontrarte en los próximos minutos antes de que te congeles. Morir congelado me parece una forma medio absurda de morir.
A mi derecha esta un sujeto cuyo verdadero nombre me resulta impronunciable, sin embargo, ha dicho que puedo llamarlo Ka ya que todos lo llaman así de todos modos.
Ka lleva un abrigo color verde fosforescente lo cual es especialmente útil en caso de que se perdiera entre el hielo por la noche y los rescatistas llevaran consigo linternas halógenas. A Ka la idea de morir congelado le parece mucho menos absurda.
Ka viaja a la Antartida para ver y fotografiar a los pingüinos.
Yo voy a la Antartida para encontrarme con cierta chica, y si me sobra tiempo; a fotografiar algunos pinguinos también.

Cierta chica posiblemente lleve un abrigo azul o no lleve ningun abrigo en lo absoluto, nunca ha sido de las que se quejan con el frío,  por ende nunca pude usar aquello como excusa para abrazarla y acercarla a mi cuerpo u ofrecerle mi chamarra es un despliegue de caballerosidad. Ella nunca me lo dejo tan fácil.
Tampoco le molestaba el pisar charcos de agua, abrirse la puerta del automóvil o abrirse los frascos de mostaza. Me encantaba su independencia pero todo aquello me hacía sentir bastante inútil.

El planeta es un disco y antes de llegar al continente congelado nos caeremos por el borde hacia el infinito, pensaba.
Hablar con mi padre me deprime.
Ka no habla demasiado, pero eso me agrada, nunca he sido bueno hablando con las personas y honestamente me siento incapaz de seguirle la conversación a un desconocido, no creo tener en mi temas interesantes o llamativos con los cuales acaparar la atención de la gente, mis hobbies por ejemplo son cosas tan ordinarias como leer, oir música o caminar por entre la naturaleza. Por eso es tan importante cierta chica, ella es sin querer sonar demasiado pusilánime aquello interesante en mi vida. En ese sentido somos diametralmente opuestos porque yo soy una persona de lo mas comun, aburrida incluso, a ella en cambio tratarla de persona suena a ofensa, cierta chica es en si misma una fuerza de la naturaleza, un relampago iluminando el cielo, un arcoiris adornandolo o un terremoto sacudiendolo todo.
Eso es lo que es cierta chica.

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Florecillas azules.

Aquel verano lo pasamos conduciendo en su coche oyendo discos de Misfits. En aquel entonces yo no sabia quien era Glenn Danzig ni me importa...