miércoles, 17 de febrero de 2016
lunes, 18 de enero de 2016
Cierta Chica II
Cierta chica con sus ojos y cabellos castaños, su piel blanca y sus labios del color de las ciruelas, su piel huele a ella, pero el aire a su alrededor huele a una taza de café caliente en una mañana húmeda por haber llovido toda la noche en en un bosque de pinos.
La antartida tiene una blancura que hiere los ojos, a lo lejos en algun punto deberia aparecer cierta chica en la distancia como una mancha azul y cafe, o solamente cafe en caso de que no se hubiese puesto el abrigo azul que me encanta.
Ka lleva unos segundos batallando para encender un cigarrilo con su encendedor asi que le ofrezco el mio y de paso enciendo tambien uno para mi.
Si nos viera desde alguna orilla para ella seriamos dos manchas de colores diferentes con un puntito luminoso en la boca.
Las voces del personal del barco amplificada con altavoces anuncian que estamos prontos a llegar, el barco va a tirar el ancla a unos cientos de metros de la costa, descenderemos a unos botes mas pequeños y llegaremos en ellos hasta la orilla donde se reunen los pinguinos, la voz nos anuncia que tenemos 40 minutos antes de regresar al barco donde tendremos un almuerzo el viaje de regreso al puerto de salida.
Ka arroja el cigarrilo por la borda y se sube la cremallera del abrigo hasta arriba donde casi le tapa la boca, toma su mochila y empieza a andar hacia los botes, yo le sigo dos pasos detras.
Es curioso, hace frio pero no tanto como me habia imaginado, ¿Que estara haciendo ahora mismo cierta chica? ¿Estara simplemente de pie en algun sitio esperandome?
-Escucha- Dice Ka interrumpiendo el hilo de mis pensamientos. -Tienes 40 minutos antes de que el barco se vaya pero tu asunto puede que se demore mas que eso.
Esta preocupacion subita es el comienzo de un intento por venderme una pistola de bengalas de un rojo luminoso.
Le ofrezco los billetes que tengo en la cartera y hacemos el intercambio.
Ka va solamente a fotografiar pinguinos, puede que no la necesite de todos modos.
-Durante el invierno los pinguinos se meten al agua, el agua se congela a los 0°C, la superficie esta a -60°C en comparacion, el agua esta tibia.
Asiento en silencio y enciendo otro cigarrillo.
La antartida tiene una blancura que hiere los ojos, a lo lejos en algun punto deberia aparecer cierta chica en la distancia como una mancha azul y cafe, o solamente cafe en caso de que no se hubiese puesto el abrigo azul que me encanta.
Ka lleva unos segundos batallando para encender un cigarrilo con su encendedor asi que le ofrezco el mio y de paso enciendo tambien uno para mi.
Si nos viera desde alguna orilla para ella seriamos dos manchas de colores diferentes con un puntito luminoso en la boca.
Las voces del personal del barco amplificada con altavoces anuncian que estamos prontos a llegar, el barco va a tirar el ancla a unos cientos de metros de la costa, descenderemos a unos botes mas pequeños y llegaremos en ellos hasta la orilla donde se reunen los pinguinos, la voz nos anuncia que tenemos 40 minutos antes de regresar al barco donde tendremos un almuerzo el viaje de regreso al puerto de salida.
Ka arroja el cigarrilo por la borda y se sube la cremallera del abrigo hasta arriba donde casi le tapa la boca, toma su mochila y empieza a andar hacia los botes, yo le sigo dos pasos detras.
Es curioso, hace frio pero no tanto como me habia imaginado, ¿Que estara haciendo ahora mismo cierta chica? ¿Estara simplemente de pie en algun sitio esperandome?
-Escucha- Dice Ka interrumpiendo el hilo de mis pensamientos. -Tienes 40 minutos antes de que el barco se vaya pero tu asunto puede que se demore mas que eso.
Esta preocupacion subita es el comienzo de un intento por venderme una pistola de bengalas de un rojo luminoso.
Le ofrezco los billetes que tengo en la cartera y hacemos el intercambio.
Ka va solamente a fotografiar pinguinos, puede que no la necesite de todos modos.
-Durante el invierno los pinguinos se meten al agua, el agua se congela a los 0°C, la superficie esta a -60°C en comparacion, el agua esta tibia.
Asiento en silencio y enciendo otro cigarrillo.
sábado, 16 de enero de 2016
Cierta chica
Para intentar ser una persona a la que pueda admirar y poderme sentir frustrado cada día que pase sin lograrlo.
Llevo puesto un grueso abrigo color rojo, a mi en los personal me gusta mas el gris o el negro pero el rojo es especialmente útil si te caes al agua helada o te pierdes en la nieve y un equipo de rescate tiene que encontrarte en los próximos minutos antes de que te congeles. Morir congelado me parece una forma medio absurda de morir.
A mi derecha esta un sujeto cuyo verdadero nombre me resulta impronunciable, sin embargo, ha dicho que puedo llamarlo Ka ya que todos lo llaman así de todos modos.
Ka lleva un abrigo color verde fosforescente lo cual es especialmente útil en caso de que se perdiera entre el hielo por la noche y los rescatistas llevaran consigo linternas halógenas. A Ka la idea de morir congelado le parece mucho menos absurda.
Ka viaja a la Antartida para ver y fotografiar a los pingüinos.
Yo voy a la Antartida para encontrarme con cierta chica, y si me sobra tiempo; a fotografiar algunos pinguinos también.
Cierta chica posiblemente lleve un abrigo azul o no lleve ningun abrigo en lo absoluto, nunca ha sido de las que se quejan con el frío, por ende nunca pude usar aquello como excusa para abrazarla y acercarla a mi cuerpo u ofrecerle mi chamarra es un despliegue de caballerosidad. Ella nunca me lo dejo tan fácil.
Tampoco le molestaba el pisar charcos de agua, abrirse la puerta del automóvil o abrirse los frascos de mostaza. Me encantaba su independencia pero todo aquello me hacía sentir bastante inútil.
El planeta es un disco y antes de llegar al continente congelado nos caeremos por el borde hacia el infinito, pensaba.
Hablar con mi padre me deprime.
Ka no habla demasiado, pero eso me agrada, nunca he sido bueno hablando con las personas y honestamente me siento incapaz de seguirle la conversación a un desconocido, no creo tener en mi temas interesantes o llamativos con los cuales acaparar la atención de la gente, mis hobbies por ejemplo son cosas tan ordinarias como leer, oir música o caminar por entre la naturaleza. Por eso es tan importante cierta chica, ella es sin querer sonar demasiado pusilánime aquello interesante en mi vida. En ese sentido somos diametralmente opuestos porque yo soy una persona de lo mas comun, aburrida incluso, a ella en cambio tratarla de persona suena a ofensa, cierta chica es en si misma una fuerza de la naturaleza, un relampago iluminando el cielo, un arcoiris adornandolo o un terremoto sacudiendolo todo.
Eso es lo que es cierta chica.
Llevo puesto un grueso abrigo color rojo, a mi en los personal me gusta mas el gris o el negro pero el rojo es especialmente útil si te caes al agua helada o te pierdes en la nieve y un equipo de rescate tiene que encontrarte en los próximos minutos antes de que te congeles. Morir congelado me parece una forma medio absurda de morir.
A mi derecha esta un sujeto cuyo verdadero nombre me resulta impronunciable, sin embargo, ha dicho que puedo llamarlo Ka ya que todos lo llaman así de todos modos.
Ka lleva un abrigo color verde fosforescente lo cual es especialmente útil en caso de que se perdiera entre el hielo por la noche y los rescatistas llevaran consigo linternas halógenas. A Ka la idea de morir congelado le parece mucho menos absurda.
Ka viaja a la Antartida para ver y fotografiar a los pingüinos.
Yo voy a la Antartida para encontrarme con cierta chica, y si me sobra tiempo; a fotografiar algunos pinguinos también.
Cierta chica posiblemente lleve un abrigo azul o no lleve ningun abrigo en lo absoluto, nunca ha sido de las que se quejan con el frío, por ende nunca pude usar aquello como excusa para abrazarla y acercarla a mi cuerpo u ofrecerle mi chamarra es un despliegue de caballerosidad. Ella nunca me lo dejo tan fácil.
Tampoco le molestaba el pisar charcos de agua, abrirse la puerta del automóvil o abrirse los frascos de mostaza. Me encantaba su independencia pero todo aquello me hacía sentir bastante inútil.
El planeta es un disco y antes de llegar al continente congelado nos caeremos por el borde hacia el infinito, pensaba.
Hablar con mi padre me deprime.
Ka no habla demasiado, pero eso me agrada, nunca he sido bueno hablando con las personas y honestamente me siento incapaz de seguirle la conversación a un desconocido, no creo tener en mi temas interesantes o llamativos con los cuales acaparar la atención de la gente, mis hobbies por ejemplo son cosas tan ordinarias como leer, oir música o caminar por entre la naturaleza. Por eso es tan importante cierta chica, ella es sin querer sonar demasiado pusilánime aquello interesante en mi vida. En ese sentido somos diametralmente opuestos porque yo soy una persona de lo mas comun, aburrida incluso, a ella en cambio tratarla de persona suena a ofensa, cierta chica es en si misma una fuerza de la naturaleza, un relampago iluminando el cielo, un arcoiris adornandolo o un terremoto sacudiendolo todo.
Eso es lo que es cierta chica.
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