Sacudiendo sus frágiles alas transparentes se deshizo de la ligera capa de polvo que las cubría, se llevo las patas a los ojos y los froto con delicadeza, batió las alas una vez mas y emprendió vuelo dejándose guiar por el aroma que le llegaba de alguna parte. Ella no sabia a donde iba ni a que, lo único que sabia es que tenia que llegar cuanto antes, así se lo dictaba la fuerza que había regido su vida desde el momento en que la obtuvo, pero ella desde luego no se había dado cuenta, aunque, de haberse percatado no le habría importado mucho.
Voló 1 o quizás 2 minutos mecida ligeramente por la brisa otoñal a la que su pequeño cuerpo no significaba mucha resistencia, cuando dio con la fuente del aroma; en el mismo acantilado donde su existencia había comenzado, una persona se acercaba decididamente a la orilla. Sus ojos se posaron en su figura, expectantes.
Acelero el ritmo, cuando oyó un crujido, intento batir las alas pero no le respondieron, le tomo unos segundos darse cuenta que se encontraba entre el pico de un ave, aun sorprendida contemplo a lo lejos como la silueta se desplomaba al suelo, intento recordar, ¿cuantos metros habrían desde la orilla al suelo? 37 u 38 metros quizás, se dijo para si misma, le tomaría poco tiempo llegar al fondo y cuando lo haga la muerte sera instantánea. El ave llevo a la mosca hasta su nido, donde su cría le esperaba.
Mientras era devorada, a lo lejos una multitud de los de su especie ya se abalanzaban sobre el cuerpo cubriéndole en su mayoría.
-Era joven y saludable.-observo una mosca verde.
-¡Joven y saludable!- repitieron las otras.
-1.70 de estatura quizás mas - Dijo de nuevo la mosca verde.
-ciertamente, 1.70 quizás mas - dijeron las otras.
La mosca verde, que le pareció inusualmente grande al joven cuyo cuerpo yacía inmóvil bajo las moscas, se acerco a sus ojos, tras comprobarlos unos segundos poso sus patas sobre ellos y luego la boca. las demás le siguieron pero ninguna se acerco demasiado.
Tras pensarlo un poco, el joven se sorprendió de no estar asustado ni siquiera incomodo, en su lugar sentía una gran indiferencia.
-Que cosas tan estúpidas dicen las moscas, sus palabras son en verdad una decepción.
dijo, preguntándose si quizás podrían oírle. Pero los insectos no se alteraron.
Cuando las moscas terminaron sus asuntos, le abandonaron.
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sábado, 5 de diciembre de 2009
miércoles, 2 de diciembre de 2009
1.-Percepcion de la casualidad: Arañar el cielo sin exito.
En teoría, una caída desde 33.7 metros de altura, debería matar a cualquiera casi al instante.
Eso lo sabia muy bien, pues esa idea era precisamente la razón por la que se había decidido a saltar en primer lugar. Y ahora el yacer inmóvil en el suelo aun respirando le hacia sentirse bastante idiota.
Intento mover las piernas pero no le respondieron, intento con los brazos pero fue en vano, ciertamente se había golpeado con fuerza, pero el había sobrevivido, su pecho aun se inflamaba con el aire que entraba en sus pulmones y aun sentía el golpeteo rítmico de su corazón bombeando el liquido carmesí cada vez mas escaso en su venas.
Pasaron las horas y su sangre, antes roja y cálida al tacto se transformo en una costra que le cubrió casi en su totalidad. Hacia ya un tiempo que había perdida interés por saber si seguía vivo o no, los latidos de su corazón habían sido opacados por el aleteo de cientos de moscas oportunistas que empezando por el pecho se habían lentamente, apoderado de su superficie corporal hasta cubrirle ligeramente el rostro.
"¿por que habré saltado en primer lugar?" se pregunto. Pero no lo recordaba, No tenia problemas de ningún tipo, su vida era estable y a esa hora posiblemente habría algunas cuantas personas que se estarían preguntando: "¿En donde se habrá metido?". Estaba empezando a perderse en sus pensamientos, cuando empezó a oír voces a su alredor, no se molesto en intentar ubicar la fuente pues sabia que por mas que se esforzara su cuerpo no se movería ni un milímetro, en su lugar intento aguzar el oído. En efecto eran voces; las moscas sobre su rostro estaban conversando.
De haber podido, hubiese hechado un brinco hacia atrás por la sorpresa, pero, inerte como estaba, no le quedo otra opción mas que asimilar el hecho. Las moscas no solo hablaban entre si, si no que el entendía lo que decían, el cielo es azul, hace tan solo unas horas el había saltado hacia la que creía su muerte segura, y todos en paz.
Eso lo sabia muy bien, pues esa idea era precisamente la razón por la que se había decidido a saltar en primer lugar. Y ahora el yacer inmóvil en el suelo aun respirando le hacia sentirse bastante idiota.
Intento mover las piernas pero no le respondieron, intento con los brazos pero fue en vano, ciertamente se había golpeado con fuerza, pero el había sobrevivido, su pecho aun se inflamaba con el aire que entraba en sus pulmones y aun sentía el golpeteo rítmico de su corazón bombeando el liquido carmesí cada vez mas escaso en su venas.
Pasaron las horas y su sangre, antes roja y cálida al tacto se transformo en una costra que le cubrió casi en su totalidad. Hacia ya un tiempo que había perdida interés por saber si seguía vivo o no, los latidos de su corazón habían sido opacados por el aleteo de cientos de moscas oportunistas que empezando por el pecho se habían lentamente, apoderado de su superficie corporal hasta cubrirle ligeramente el rostro.
"¿por que habré saltado en primer lugar?" se pregunto. Pero no lo recordaba, No tenia problemas de ningún tipo, su vida era estable y a esa hora posiblemente habría algunas cuantas personas que se estarían preguntando: "¿En donde se habrá metido?". Estaba empezando a perderse en sus pensamientos, cuando empezó a oír voces a su alredor, no se molesto en intentar ubicar la fuente pues sabia que por mas que se esforzara su cuerpo no se movería ni un milímetro, en su lugar intento aguzar el oído. En efecto eran voces; las moscas sobre su rostro estaban conversando.
De haber podido, hubiese hechado un brinco hacia atrás por la sorpresa, pero, inerte como estaba, no le quedo otra opción mas que asimilar el hecho. Las moscas no solo hablaban entre si, si no que el entendía lo que decían, el cielo es azul, hace tan solo unas horas el había saltado hacia la que creía su muerte segura, y todos en paz.
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