Hoy hace fresco y esta nublado; cosa que es poco usual para el lugar donde vivo. Recuerdo cuando llovía y podías oír cantar a las ranas sin esforzarte por afinar el oído, cada una con su tono particular agudos y graves por igual, ¡Toda una sinfonía de anfibios! Pero de eso hace mucho y las ranas se han mudado. Ahora lo único que se escucha es el rítmico golpeteo de las gotas sobre el cemento, y el grito de alguna señora quien tras despertar de su trance se encuentra con que la lluvia ha mojado lo dejado a tender.
Son las mismas fechas pero los momentos son diferentes, no estoy muy seguro de si eso me agrada.
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