Un día sin saber muy bien por que. decidí sentarme en el lado opuesto del autobús de modo que en vez de sentarme del lado derecho como de costumbre me busque un asiento del lado izquierdo. Hasta ese momento no me había dado cuenta de que de hecho siempre ocupo el mismo lugar. Esa vez no pude ver el campo inundado, ni las torres eléctricas que se alzan imponentes por sobre este.
En cambio vi la cara opuesta del mismo paisaje que he visto casi todos los fines de semana, nuevo para mi, pero mucho menos interesante. Estuve dormido la gran mayoría del trayecto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Le había tomado varios minutos subir por las escaleras hasta la azotea; y desde esa altura, se sentía en la cima del mundo; se acercó al bor...
-
En la horca negra bailan, amable manco, bailan los paladines, los descarnados danzarines del diablo; danzan que danzan sin fin los esqueleto... -
Aquella cosa se movía pero la oscuridad de la habitación solo me permitía ver su silueta, dos piernas, dos brazos y una enorme barriga, aque...
1 comentario:
Pues a ver cuando nos invitas cabrón!
Publicar un comentario