Me desperté bastante húmedo, no por alguna reacción erótica
exagerada propia o de la acompañante que dormía junto a mi sino por la lluvia
que se colaba por la ventana hacia mi cama y sobre mi, entonces me pregunte que
como rayos no me había despertado antes con aquello y, por respuesta vi
colocada en la mesita de noche un botella de whiskey a punto de terminarse sin
ningún vaso alrededor. Cerré la ventana y volví a acostarme sobre el colchón
húmedo, sabía que no podría volver a quedarme dormido pero quería fingir que si,
al menos hasta que la tipa se despertase y se fuera, de esa forma me ahorraba
el momento incomodo de tener que hablar con ella e intentar recordar su nombre,
pero, al poco tiempo de estar ahí echado fingiendo, me entró la sed y aquel
cuerpo femenino ni se movía así que creí que podría escabullirme a la cocina,
beber un poco de agua y regresar a mi sitio sin perturbarla demasiado, solo lo
suficiente como para que se despertase de una buena vez y me dejase solo.
Así que, me incorpore de la cama sin mucho cuidado, me puse
los zapatos que estaban echados por ahí silenciosamente y camine hacia la
puerta de la habitación dando un paso con mucho sigilo de esos donde apoyas
primero la punta y luego el talón y dando otro paso dejando caer pesadamente el
pie. De esa forma llegue hasta la puerta y nada mas abrirla medio cuerpo masculino
que dormía del otro lado apoyado a esta, cayó dentro de la alcoba y su cabeza
rebotó en el suelo produciendo un ruido hueco, el tipo se despertó solo el
tiempo suficiente para reacomodarse y volvió a quedarse dormido, el cuerpo de
la mujer en mi cama ni se inmuto, como si estuviese en un sitio tan profundo de
la inconsciencia que los ruidos ni siquiera podían encontrarla, de no ser por
la tenue respiración acompasada cualquiera creería que aquello era más bien un
cadáver en lugar del cuerpo de una saludable veinteañera durmiendo la
borrachera (aunque francamente no hay mucha diferencia).
Así que, empecé mi camino esquivando la gente dormida en el
piso pisando a alguno de vez en cuando solo para comprobar que aun pertenecían
al mundo de los vivos y a alguno por mera diversión hasta que llegue a la
cocina donde había vasos pero ni rastro de agua. De haberla tenido en un
principio seguramente la gente que ahora yacía en el suelo se la habrían bebido
durante la noche anterior aunque, las botellas vacías regadas por aquí y por
allá delataban que en ningún momento les falto con que saciar la sed. Regrese a
la habitación e intente despertar al sujeto cuya cabeza se había estrellado
contra el suelo.
-Hey, hey amigo ¿Tienes dinero para comprar agua?
-¿Fwisht aghwgh?
-Coño que tengo sed cualquier cosa vale ¿No tienes siquiera 5 o 10 pesos?
-¿Mwhrmez gwe?
Y dicho eso ultimo empezó a buscar en sus bolsillos con toda la habilidad de la que alguien medio dormido y medio borracho puede hacer gala, al poco extrajo las llaves de un automóvil y me las arrojo a los pies. Bueno, eso ya era mejor que nada.
-¿Fwisht aghwgh?
-Coño que tengo sed cualquier cosa vale ¿No tienes siquiera 5 o 10 pesos?
-¿Mwhrmez gwe?
Y dicho eso ultimo empezó a buscar en sus bolsillos con toda la habilidad de la que alguien medio dormido y medio borracho puede hacer gala, al poco extrajo las llaves de un automóvil y me las arrojo a los pies. Bueno, eso ya era mejor que nada.
Tome las llaves del automóvil, volví a mi habitación por las
llaves del apartamento, la chica aun dormía inmóvil en la misma posición, puse
mi oído sobre su nariz y sentí su respiración con ligero aroma a licor, suspire
aliviado. Volví a cerrar la puerta de mi alcoba y salí de mi apartamento. El
aviso de desalojo seguía pegado de la misma manera en la que había estado
pegado desde hace treinta días, una hoja roja pegada con cinta canela a la
puerta con letras negras impresas de manera monótona, era una apartamentillo
horrible, de esos construidos pensando mas en la practicidad (Del dueño del
edificio) que en la comodidad (Del inquilino), las paredes pintadas de un color
que nadie con buen gusto elegiría jamás, y paredes tan delgadas que de
tenerlos, no me sorprendería que los vecinos me felicitasen por mis excelentes
movimientos intestinales.
Cerré la puerta y baje al primer piso por las escaleras,
afuera aun seguía lloviendo.
1 comentario:
¿Qué pasa que ya no escribes?
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