sábado, 22 de febrero de 2014

Hace unos ayeres pensé que me iba a morir.
 Me retorcía de dolor, la vista me fallaba, sudaba frío y pensaba "me voy a morir". Eran por eso de las 10 u 11 de la noche y pensaba "hey, mañana no tendré que ir a la escuela".
Tome mi celular, abrí la ventana de Tigo y le dije todo lo que quise decirle y que debí haberle repetido diariamente. Era algo así como mi despedida pero omití el hecho de que creía que me estaba muriendo, eso hubiera arruinado el momento por que un "Te amo" tiene mas encanto que un "Creo que no llego a mañana" en cuanto a ultimas palabras se refiere.
Pero bueno, no morí.
Dormí y desperté al día siguiente.

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Black Mirror.

 Las cosas pasan tan deprisa que paradójicamente se siente como si pasaran insoportablemente despacio. Siento la presión de su cabeza acosta...