Mientras mas intento alejarme según yo para hallarme de la manera que solamente la soledad permite, mas me encuentro extrañando la parte de mi que despierta con tu voz y veo reflejada en tus ojos.
Añoro la oportunidad de crear nuevos recuerdos que perduren, tener un ranchito con patos, vacas y despertarte cantando. Te ríes de la idea pero dices que seria maravilloso.
Los días son pesados, son bochornosos, son grises y son largos, y uno a uno de cualquiera manera siguen conduciendo a ti, a tu pensamiento, a tu idea, a la añoranza de escuchar tu voz, de recorrer los pocos cientos de kilómetros que hay de por medio sin tener un plan y ver que sucede. Descubrir que todo ha cambiado pero que al mismo tiempo nada lo ha hecho.
De escribirte, de hacerte canciones y cantártelas, de tomarte fotos y hacerte musa, mi musa.
De navegar el rió estigia de tu cabello y clavarme en tu memoria.
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