Acerco una de sus mangas a la nariz e inhalo con fuerza; en efecto, olía a cigarro. Detuvo su caminar e intento recordar de donde podría provenir ese aroma, el fumar, era de uno de sus muchos malos habitos que había conseguido dejar.
Mientras hacia memoria, una pesada gota de lluvia cayo al suelo junto a el, por lo que no solo reanudo la marcha si no que también la acelero con la esperanza de encontrar refugio antes de que la inminente lluvia cayese sobre el. No hubo andado mucho cuando las gotas aceleraron el ritmo de sus caídas, primero convertidas en un golpeteo rítmico al caer sobre el suelo, luego en relajante disonancia.
Alzo los brazos por encima de su cabeza en un intento de cubrirse de la lluvia, y su trote se convirtio en una carrera desesperada por encontrar techo. Recorrió las calles vacías a una velocidad que incluso a el le pareció ridícula, finalmente encontró una tienda de auto-servicio con las luces prendidas, abrió rápidamente la puerta y se metió.
Se tomo unos segundos para recuperarse; cuando hubo recuperado el aliento hecho una mirada alrededor, los estantes estaban llenos de todo tipo de comida chatarra cuyas envolturas tenían los colores mas brillantes que había visto en toda la noche. Dentro de la tienda, el dependiente dormía sobre el mostrador.
Se sirvió café del expendedor, dejo el dinero exacto junto al dependiente dormido sin despertarlo.
tomo asiento en una de las mesas, le dio unos sorbos al café quemandose la lengua en el primero. y lo puso a un lado. El cuerpo le dolía. Recargo la cabeza sobre sus brazos y se quedo dormido.
La lluvia había desvanecido la peste a cigarro.
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