Según el plan original yo ya tendría que tener unos tres años muerto.
No planeé tan a futuro, a partir de entonces voy a ciegas e improvisando en algo que a la fecha considero tiempo prestado.
Un día me desperté y aunque no me sentía diferente en lo absoluto ya era un adulto con un par de canas en el cabello y un bigote rebelde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario