En el auto,
frente a tu casa, esos momentos que se convierten en costumbre,
las charlas con las ventanas arriba, la música bajita reducida a ruido de fondo.
Te enumero la lista de cosas que eres y te hacen a mis ojos, a los ojos del mundo maravillosa.
Detrás de tus ojos (a veces tan cristalinos, siempre tan tuyos) una sonrisa.
"no, no, no es así" me dices y cambias el tema.
Mi pecho implora que me creas pero sabe a conciencia que la voz solo es tan convincente como la acción.
"si, si, así es" emito como contraargumento, sonríes esa sonrisa cristalina tuya siempre tan tuya. Y mi pecho se expande intentando alargar este momento que se acaba.
La lluvia arrecia y mis manos encuentran tu espalda, las tuyas luciendo uñas nuevas encuentran mis cabellos y se enredan oliendo a cerezas.