Mis párpados pesan como lozas de roca y la cabeza me pulsa al ritmo de la música de fondo, mi garganta está llena de ollin de cigarros, a estas alturas mis pulmones deben estar negros y quemados. Mi excusa es el estrés, "la vida me anda puteando demasiado" ofrezco como explicación a los pocos que me preguntan. Sus miradas delatan que no me creen, que ni me creen ni les importan mis excusas y esa forma de amor tan peculiar y rara me hace sentir culpable.
Me gusta la ginebra porque sus efectos me adormecen lo suficiente como para que se me olvide el malhumor pero no lo suficiente como para hacerme perder el control de la conciencia pero mayormente me gusta porque me recuerda a cierta chica de un metro y cincuenta.
El vodka me da puñetazos en el cerebro y el ron siempre me ha parecido veneno y me pone muy enfermo. El whisky hace que me dé de esos sueños donde no descansas y la cerveza me hace querer hacerme amigo de todos.
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