Cuando recuperé mi corazón pensé "¡Que cosa tan pequeña y frágil!"
Me asombró verdaderamente su tamaño y por sobre todo su forma, supongo que lo recordaba diferente.
No.
Más bien, aunque intente meterlo en el agujero que había dejado después de perderse me doy cuenta ahora que simplemente no ebona, el corazón que regresó y el que extravie hace años son indudablemente el mismo y el mío, el tacto e incluso el aroma son exactamente iguales, huelen a mi, pero son lo suficientemente diferentes como para diferenciarse uno del otro y dejar en claro que son dos objetos ajenos uno del otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario